jueves, 15 de agosto de 2013

¿Y AHORA QUIÉN TUVO LA CULPA? (El accidente en Otuzco)

Será lo de siempre. Se enfatizará en la inseguridad de la carretera al interior de nuestra serranía. Y se ‘tomarán medidas’ para contrarrestar el creciente porcentaje de accidentes de tránsito. Sin embargo, casi nadie –estoy seguro- caerá en la cuenta que este fatídico percance, como tantos otros, bien se pudieron –aún se pueden- evitar. Acordémonos nada más que para eso está el Plan Tolerancia Cero, que la intransigencia y el olvido hacen que se la pase por alto. Sí, señores. Otra sería la realidad en las pistas y carreteras si realmente se le diera la importancia y el cumplimiento adecuados a este Plan. ¿Realmente, las garitas de peaje hacen cumplir las exigencias técnicas para el viaje? ¿Ven si el chofer está en condiciones de hacerlo? Es ley que todos los conductores y ómnibus de transporte interprovincial de pasajeros estén realmente operativos para este tipo de viajes. ¿El conductor, porta su Licencia de Conducir A-III? ¿Se constata el buen estado de los neumáticos, luces, parabrisas y cintas retrorreflectivas y si portan el Certificado de Operatividad, Inspección Técnica y SOAT Vigente? Vaya usted a saber si estas exigencias son cumplidas a cabalidad cuando detienen –si lo hacen- a las unidades. Quienes acostumbramos a estos tipos de trayectos, sabemos que solo se reduce a pedir la documentación a los choferes y a constatar si los pasajeros portan su DNI. Nada más. Sabemos que no se verifica la velocidad del vehículo, o si los ómnibus están verdaderamente operativos. La lógica es que este cumplimiento es ejecutado por sus empresas. ¿Qué seguridad podemos esperar de aquellas que no toman en cuenta las constantes revisiones técnicas que deben mantener en sus unidades? Muchas veces, hemos sido testigo de que la ‘seguridad’ de la unidad, en el trayecto, solo pende del ayudante, cuando va a asegurar el ‘buen estado’ de las llantas con tan solo darles unos firmes puñetazos, sin importarles si están bien aseguradas o que necesitan una renovación. Por otro lado, ¿qué de cierto hay cuando se afirma que los choferes son obligados a permanecer al volante hasta sin haber descansado adecuadamente? ¿Quién nos asegura que la persona de la que dependen tantas vidas tiene la ecuanimidad y sobriedad pertinentes? Fatalmente, estas consideraciones se toman en cuenta cuando ocurre un accidente. Y pasado un tiempo, volveremos al mismo círculo vicioso. Que estas reflexiones sean tomadas en cuenta, y no sujetarnos a la verificación policial. De algún modo, tenemos parte en esta responsabilidad vial. Porque debe saberse que los pasajeros también pueden sancionar a las Empresas de Transporte que infrinjan la ley. Las denuncias de un mínimo de cuatro pasajeros por viaje son suficientes para sancionar a la empresa infractora. Es hora de revertir la cruel y funesta realidad en nuestras pistas liberteñas. (Publicado en SATÉLITE, en mayo de 2013)

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