martes, 20 de agosto de 2013

ELMER LÓPEZ GUEVARA: EL HOMBRE QUE TENÍA MEDIO MORIR

Como docente de la Universidad Cesar Vallejo,Elmer López Guevara, estaba un día en su oficina con su coordinador, cuando recibió una llamada externa. Al otro lado de la línea, con voz suspicaz, su esposa le anunciaba: han llamado de Petroperú, dicen que has ganado el Premio Copé. Se trataba de su cuento “El hombre que tenía medio morir”, había sido elegido entre los 1,784 cuentos presentados a la XVI Bienal de Cuento “Premio Copé Internacional 2010” Elmer quedó abrumado, incrédulo, enmudecido y en contados segundos se le vino la vida. Aquellos años en que se propuso valientemente vivir de la literatura cuando su profesora Margarita Alva, de cuarto año de media, le pidió hacer una composición sobre la sierra y a él le salió un cuento. ¿De dónde los has copiado? No lo he copiado, respondió Elmer casi en un tono de reproche. Tú puedes ser un escritor, reflexionó la profesora con buen ánimo. Eso fue todo. Tenía de pronto un derrotero: ser escritor. Elmer trabajó de albañil, de barnizador de muebles, maestro electricista, remachador de zapatos y a la vez leía vorazmente a Juan Rulfo, a Julio Cortázar, a Mario Vargas Llosa; escribiendo cuentos, soñando con publicar un libro,pensando en llegarhacerse famoso como escritor cuando apenas empezaba a salir de la adolescencia. Un día se matriculó en una Academia Preuniversitaria atestada de jóvenes que se afanaban en ocupar un lugar en la universidad. Por entonces Elmer se escapaba del curso de matemática y se iba a buscar refugio a la Biblioteca Popular “César Vallejo” de INDES (Instituto Nor-Peruano de Desarrollo Económico Social). Inolvidable biblioteca de los ochenta que quedaba en la Plazuela El Recreo y estaba administrada por el recordado Carlos Méndez Juárez y que tenía puntuales feligreses como Luis Eduardo García, Domingo Varas Loli, Jackeline Sato Palomino, Fresia Gonzales, entre muchos otros que también aspiraban entonces a esgrimir la pluma con destreza o incrementar su cultura. Elmer devoró, por entonces, importantes libros para su formación literaria de narrador como a Vargas Vicuña, Gálvez Ronceros, Gregorio Martínez, Julio Ramón Ribeyro, Carlos Eduardo Zavaleta, poetas como Javier Heraud y Luis Hernández entre otros. Después vino la universidad, la Facultad de Educación, los amigos, los grupos literarios, las juergas en bares sinuosos que hervían de sospechosos clientes pasada la medianoche: esa era la bohemia y el duro aprendizaje de una realidad tan compleja como fue los ochenta. El hombre que tenía medio morir El argumento del primer cuento trata de un tipo llamado Pancho Maqui que mataba tanta gente que el pueblo un día recurrió a Antonino el Errante, una especie de santón o milagrero para que de algún modo detuviera dichas matanzas. Entonces este le lanzó a Pancho Maquí una maldición: Morirás cuantas veces mates. Y esta sentencia hizo que él muriera muchas veces. A doña Simona le venían a avisar que a su esposo lo habían visto por aquí, otras veces por allá, caminando desnudo y dando pena y que lo fuera a recoger. Lo traía siempre y le lavaba las heridas, le curaba las magulladuras y le daba de comer. Pero Pancho Maquí volvía a las andadas desapareciéndose por largas temporadas. Y regresaba de la muerte cada vez más con una matadura descomunal. Lenguaje y estructura Leyendo el libro completo nos damos cuenta que el lenguaje de López Guevara nos persuade de la verdad de su mentira. Un lenguaje fluido que se va enriqueciendo a medida que lo leemos en sus detalles sobre las costumbres, los mitos, las creencias de la comunidad imaginaria, del mundo social, que es el mismo, en todos los cuentos. Estos, además, delatan que el autor construye y rehace la realidad. No los cuenta al azar o por intuición sino de forma lúcida construyendosusestructuras las cuales reacomoda o corrige apoyado en ciertas técnicas, influidas, a mi parecer, por el boom latinoamericano, pero útiles para conducir al lector hasta el clímax del relato y provocar un final de sorpresa o de intriga. Ese es el caso del primer cuento donde el autor resuelve el final, magistralmente, con una muda espacial, justa y precisa. Son varios los cuentos como Matacuernos, De Toreros, Malacabeza, Con Cata otra vez, llenos de humor, desengaños y dramática ironía, que nos deja una muestra de la calidad de escritor que es Elmer López Guevara. (CARLOS FELIPE QUEVEDO. Publicado en La Industria, 4 de agosto de 2013)